Las crisis económicas son siempre una oportunidad para impulsar reformas estructurales. En la historia reciente de América Latina sus dos grandes crisis—los años 30 y la década perdida de los 80—han terminado con cambios profundos en sus sistemas de desarrollo y con importantes reformas económicas. Colombia, sin embargo, no ha seguido ese mismo patrón.
La amplia participación juvenil en las movilizaciones nos indica la percepción de muchos jóvenes de que son una generación sin futuro. Una juventud sin grandes objetivos no está a la altura de la historia.
Last Friday, the helicopter of President of Colombia Iván Duque was struck by multiple bullets as it approached the airport of the city of Cúcuta, capital of the Norte de Santander region, located on the Venezuelan border. No passengers were injured by the small-arms fire, although Duque’s government released photographs showing the helicopter’s exterior lacerated by bullet holes. The attack occurred in the context of escalating levels of violence in Colombia—as the landmark 2016 peace deal signed with the Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lurches unsteadily toward its fifth anniversary—and record-low approval ratings for President Duque.
