A diferencia de varios de sus colegas, Heraldo Muñoz se ganó el respeto de la oposición y de la gran mayoría de sus pares oficialistas; incluso los funcionarios de Cancillería se rindieron ante su correcta y profesional gestión. Porque logró brillar en un gobierno que tuvo más sombras que luces y porque supo construir acuerdos transversales para avanzar los intereses de Chile y defender, en la medida de lo posible, los valores democráticos y de respeto a los derechos humanos que inspiran a nuestro país, Muñoz fue el mejor ministro de la Presidenta en esta segunda administración.