Like the Arab Spring in 2010-2011, students have been at the epicenter of Nicaragua’s uprising from the beginning, but their discontent has spread like wildfire. Nicaraguans around the world are calling for change.
Brazilian politics have been upended by the conviction of former president and 2018 presidential candidate, Luiz Inácio Lula da Silva, who earlier this month was charged with money laundering and corruption for accepting bribes from the construction firm Odebrecht
We spoke to Margaret Myers, one of Global Americans’ 2018 New Generation of Public Intellectuals, to learn about her experience and her view on the future of Latin American dynamics with China and the United States.
La esposa del César no sólo debe serlo, sino también parecerlo. Al nombrar a su hermano como embajador en Argentina, el Presidente Piñera se expone a críticas sobre las formas y el fondo de lo que significa liderar un gobierno que aspira a la meritocracia y a la probidad. Además, también permite que sus adversarios lo critiquen por la inconsecuencia de haber condenado —correctamente, siendo candidato presidencial— el nepotismo y amiguismo que existieron en el gobierno anterior.
En un país sísmico como Chile, los terremotos ya son parte del paisaje. Como las marchas se han convertido en un evento más del calendario político anual, su efecto es también más acotado. De hecho, la gran noticia sería que hubiera un otoño sin marchas estudiantiles.
UNASUR’s failure goes beyond political fortunes. The rhetoric of integration fell flat in the face of reticent national bureaucracies unwilling or unable to give up sovereignty and protectionist policies.
Writing from Nicaragua’s colonial city Granada, the author gives a personal view of the upheaval on the streets.
Although it is impossible to know what will happen in the hours and days to follow, it is clear that the rioting and looting over the last 48 hours has severely shaken Nicaraguan politics and economics.
Ahora que la derecha ha llegado al poder, la izquierda radical ha decidido polarizarse aún más. Pero como saben que la gente quiere políticos que forjen acuerdos y solucionen problemas, el sector necesita construir un enemigo que le permita justificar la polarización. El enemigo preferido de esa izquierda radical es José Antonio Kast.
El Presidente Piñera tiene más que claro que la luna de miel con la opinión pública no durará para siempre. Pero que la izquierda esté dividida —y sus facciones preocupadas de pasarse cuentas mutuas y echarse en cara sus actos de impureza ideológica— le permitirá al gobierno seguir alargando el idilio inicial con ese electorado que escogió a Chile Vamos por conveniencia y no por amor, y que ve cada día cómo la alternativa política que desechó se hunde en peleas internas.
