Además de político y abogado constitucionalista, Michel Temer suele escribir poemas, algunos de los cuales han sido publicados en el libro Anônima Intimidade. Antes del actual presidente, otros ya se habían arriesgado en el arte de las letras. En 1980, el entonces senador José Sarney pasó a ocupar la silla Nro. 38 de la Academia Brasileña de Letras, muy a pesar de las dudosas habilidades literarias advertidas por el célebre escritor Millôr Fernandes.
En algunos casos, fueron los grandes escritores quienes se arriesgaron en el arte de la política. En 1868, por ejemplo, José de Alencar fue nombrado Ministro de Justicia, cuando ya era considerado el novelista más importante del romanticismo brasileño. Mientras en Europa dicho movimiento artístico se caracterizó por la idealización de personajes medievales, en Brasil los protagonistas épicos serían los indígenas y los esclavos africanos. Es así como la exaltación literaria de los referidos pueblos, conocida como indigenismo romántico (“indianismo romântico”), buscó construir la identidad cultural de un país recién emancipado de Portugal.
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