Foto: Reuters via ABC España
Nota: Este artículo fue originalmente publicado en El Tiempo. José Antonio Ocampo es profesor de la Práctica Profesional de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Columbia y ex subsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas para asuntos económicos y sociales, así como también ex Ministro de Finanzas de Colombia.
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Durante la semana que termina tuvieron lugar las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los temas centrales en la discusión fueron las diferencias notorias entre países en acceso a vacunas y recuperación económica, lo que implica la aceleración de la inflación para las políticas monetarias, los dilemas que generan los altísimos niveles de deuda pública en el mundo entero y el cambio climático. Todos estos retos son importantes para Colombia, pero hoy me concentraré en los más estrictamente económicos.
Lo más positivo para nuestro país es la recuperación de la actividad productiva. El índice correspondiente del Dane, disponible hasta julio, así como las encuestas de opinión para meses más recientes de Davivienda y Fedesarrollo así lo comprueban. El crecimiento de la economía en 2021 se colocará en la parte alta del rango entre 7 y 8 % de los pronósticos existentes. Será, con Chile y Brasil, una de las economías de mayor tamaño de América Latina que revertirá la recesión de 2020.
Uno de sus efectos positivos ha sido la recuperación del empleo. La encuesta del Dane de agosto indica que se han perdido 600.000 empleos en relación con finales de 2019, contra 5,8 millones en abril del año pasado. De todas maneras, la tasa de desempleo sigue siendo alta y la informalidad laboral ha aumentado.
Es esencial garantizar la plena recuperación del empleo y revertir el aumento en la pobreza y la desigualdad que ha generado la crisis de la pandemia. Estos problemas acrecientan la alta desigualdad que caracteriza al país, una de las más altas del mundo, así como los altísimos niveles de informalidad laboral.
Ha habido dos meses de inflación por encima del 4 %, el límite superior del rango del Banco de la República. Pero la inflación básica (sin alimentos ni precios regulados) está solo ligeramente por encima del 2 %, y sin alimentos en 3 %. Por ese motivo, la junta del Banco se apresuró un poco en comenzar a normalizar la tasa de intervención de la política monetaria, aunque por el lado positivo lo hizo en forma moderada.
Por lo demás, uno de los grandes interrogantes en el mundo entero es qué está generando la inflación. Ciertamente no excesos de demanda, sino problemas de oferta asociados a rupturas en las cadenas de valor y a problemas en el transporte, especialmente marítimo. No son temas que se manejan con la política monetaria.
Fuera de ello, conviene resaltar dos problemas severos: el fiscal y de balanza de pagos. El primero ha sido bien resaltado en los debates recientes. La crisis nos dejará déficits fiscales elevados y el nivel de deuda pública más alto de la historia. La reforma tributaria aprobada representó el mínimo políticamente viable.
El próximo gobierno tendrá que adoptar, por lo tanto, una reforma tributaria estructural de gran tamaño, que ataque en particular el principal problema del país: los bajos impuestos a la renta personal de los sectores de altos ingresos. Si no se hace, el ajuste del gasto será doloroso, porque las demandas sociales son inmensas.
El otro tema complejo, que de hecho mencionó la junta directiva en el comunicado que anunció el aumento de la tasa de interés, es el creciente déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos. Este es el resultado de un fuerte aumento en las importaciones frente a un dinamismo exportador insuficiente, ya que el crecimiento de las exportaciones no tradicionales y cafeteras no ha compensado la reducción de las petroleras, que ha tenido lugar no obstante la recuperación de los precios del crudo.
Si no hay un mayor dinamismo exportador, la economía se frenará o incluso la política económica tendrá que frenarla. Ese es, por lo tanto, uno de los grandes retos de la política económica. No veo pronunciamientos del Gobierno de qué va a hacer en este campo.