La filtración del intercambio de correos electrónicos entre el líder UDI Pablo Longueira y el ex gerente general de SQM Patricio Contesse demuestran lo importante que resulta tener acceso a la información sobre lo que pasa en la cocina política donde se negocian los acuerdos más importantes para el país. Ya que tanto Longueira —que en 2014 no era senador ni ejercía cargo público— como Contesse no tenían un rol formal en la negociación de la reforma tributaria, su capacidad de saber cómo se zanjaría la, ahora deslegitimada, reforma tributaria refleja las falencias de la regulación sobre el lobby y la gestión de intereses que existe en nuestro país. Si bien el escándalo ha puesto a Longueira y Contesse en la vitrina de las críticas y cuestionamientos, es razonable suponer que hubo otros invitados a la cocina cuyo rol pasó inadvertido para la opinión pública. Después de todo, cuando las negociaciones se hacen en las cocinas secretas de la élite y no dentro de la institucionalidad vigente, es inevitable que el dueño de casa decida quién puede entrar a ver qué se está cocinando o participar del proceso.
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