El escándalo desatado la semana pasada por el fraude de tipo estafa piramidal que perpetró la empresa AC Inversions contra cientos de personas que depositaron su confianza en la promesa de altos retornos a su inversión se asemeja a la sensación que hoy tienen muchos chilenos que creyeron en las promesas que hizo Michelle Bachelet en su campaña presidencial de 2013. Porque cuando la limosna es mucha, hasta el santo desconfía, muchos chilenos equivocadamente creyeron que Bachelet podría transformar radicalmente el modelo económico y llevar a cabo todas las reformas fundacionales que prometió en campaña.
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