Ni se trata de una película de ciencia ficción, ni es una voz agorera sobre la desaparición de una profesión, el periodismo.
Cuando comencé a leer el libro “Sálvese quien pueda. El futuro del trabajo en la era de la automatización” suponía que las principales transformaciones laborales, por la introducción de robots y el uso de la inteligencia artificial en diversos ámbitos, estaría en el campo operario. Me imaginaba más a un robot sustituyendo a un obrero que a un abogado.
Sin embargo, mi visión sobre este asunto fue variando, en la medida en que me adentré en el libro, y tal como cuenta el autor, Andrés Oppenheimer, igual le sucedió a él cuando fue trabajando en el texto. Este periodista argentino residenciado en Estados Unidos comenzó -investigando y escribiendo- pensando que su profesión, la de informar, no estaría en riesgo por la automatización pero en el camino descubrió que no estaría a salvo y, lo que es peor, es que ya hay notas periodísticas escritas por máquinas.
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