Escenarios presidenciales en la Argentina

Todas las miradas en la Argentina están puestas en quién será el sucesor de Cristina Fernández de Kirchner a partir del 10 de diciembre de 2015. La pregunta va más allá de si habrá ballotage o no, la pregunta es: ¿Qué pasará después del 10 de Diciembre? Gane quien gane, el futuro de la economía Argentina dependerá de lo que haga el ganador cuando llegue a la Casa Rosada.

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Todas las miradas en la Argentina están puestas en quién será el sucesor de Cristina Fernández de Kirchner a partir del 10 de diciembre de 2015. ¿Será Daniel Scioli, del oficialista Frente para la Victoria, y quien lidera las encuestas para la primera vuelta del 25 de octubre? ¿O será alguno de los opositores con mayores chances de llegar a una segunda vuelta, Mauricio Macri de la alianza Cambiemos, o Sergio Massa del Frente Renovador?

En caso de ganar Daniel Scioli, ¿cuánto habrá de cambio y continuidad en las políticas del kirchnerismo? ¿Será solamente un cambio en el estilo político o también en una economía más racional? Si triunfa el opositor Mauricio Macri, ¿podrá conformar una coalición amplia que favorezca su gobernabilidad? Y si finalmente se impone Sergio Massa, ¿se producirá un nuevo reacomodamiento dentro del peronismo?

De consagrarse Scioli como nuevo presidente de la Argentina se especula con cuatro escenarios posibles. El primero es que Scioli, siga alineado políticamente al kirchnerismo,y se vea fuertemente influenciado por la actual presidente Cristina Kirchner. Esto teniendo en cuenta que ella puede volver a postularse en 2019. Este escenario es el que los kirchneristas duros plantean como de “transición”.

Otro escenario, quizás el más probable, es que Scioli construya su propio poder pero sin enfrentarse a la ex mandataria. La tercera posibilidad es que el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires rompa definitivamente con el kirchnerismo, y se produzca un realineamiento político dentro del peronismo y sus aliados provinciales. El cuarto escenario es que Daniel Scioli no pueda resolver los graves problemas económicos que heredará, y que se produzca una crisis de gobernabilidad.

De triunfar Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la pregunta evidente que surge es: ¿Cómo hará para gobernar con minoría en el Congreso de la Nación? Al respecto, los macristas señalan que ya tienen experiencia en gobernar la Capital Federal logrando el apoyo de otras fuerzas en la legislatura porteña, donde es primera minoría. Pero el argumento no aplica, pues en el Congreso Nacional, aún con una muy buena elección para Diputados, la alianza que apoya a Macri no puede llegar nunca a ser la primera minoría, y en el Senado tendría una mayoritaria oposición.

A lo anterior hay que agregarle que el gobierno de Macri, debería resolver muchas de las políticas económicas inconsistentes del kirchnerismo. Algunas de estas soluciones conllevarían significativos costos sociales, y deberán además, llevarse adelante respetando la institucionalidad democrática, en especial las formas republicanas en el proceso legislativo.

Lo mejor que le puede pasar a Macri es que ese costo lo pague otro. Dedicarse a consolidar el armado nacional de su alianza. Lograr una contundente victoria en las legislativas del 2017, y llegar con mayor fuerza a las presidenciales del 2019. Es decir, a diferencia de lo que especula el kirchnerismo duro, la transición de Scioli no sería para un regreso de Cristina sino para la llegada de Macri. Quien llegaría a la Casa Rosada con un mayor respaldo político y un clima de opinión pública más favorable a sus ideas.

El caso de Massa es interesante pues por un lado las encuestas señalan que el ex Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner sería el único que podría ganarle a Daniel Scioli en una segunda vuelta. A su vez tendría mayores posibilidades que Macri para asegurar la gobernabilidad, dado que pertenece al peronismo. Esto le facilitaría el realineamiento de los gobernadores de las provincias y de los legisladores nacionales que hasta ahora integran el kirchnerismo. Pero las mismas encuestas y los resultados de las primarias de agosto pasado ponen al joven peronista disidente en tercer lugar.

En cualquier caso, para la salud republicana de la Argentina, será auspicioso tener a partir del próximo 10 de diciembre un nuevo presidente, aunque los escenarios que deberá enfrentar el sucesor de Cristina Kirchner representen un gran desafío político, económico e institucional.

Incluso para algunos escépticos, el conformismo con el futuro presidente alcanza solamente con no tener que soportar tan seguido las cadenas nacionales de Cristina Kirchner, de las que tanto abusa e irrita.

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