Evangelina García Prince (1934-2019) fue una venezolana extraordinaria. Lo que más me llama la atención fue la condición genuinamente multifacética que tuvo su vida pública. Hace pocas semanas, al conocerse su fallecimiento, las organizaciones feministas y de mujeres en Venezuela le reivindicaron. Razón no les faltó. También lo hizo el mundo político.
Yo quiero reivindicar una de esas facetas que quedaron en segundo plano en la trayectoria de Evangelina García Prince. La biografía en Wikipedia de ella sintetiza: “Ex Senadora, Ministra de la Mujer, directiva de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE) fundadora, asesora y activista de ONGs feministas. Fue Vicepresidenta del Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y coordinó la Red Latinoamericana y de El Caribe de Organismos Gubernamentales de la Mujer”.
Saludé fugazmente a Evangelina hace exactamente tres décadas. Por aquel entonces ayudaba, en una breve pasantía, a quien ha sido uno de mis profesores más entrañables, Alejandro Alfonzo, con quien había cursado la materia “Políticas de Comunicación”. Mi profesor compartía proyectos y oficina en Parque Central con otro estudioso de la comunicación, José Antonio Mayobre.
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