Hace ya unos tres lustros, en los primeros años del chavismo, sostuve una discusión con una renombrada profesora. Yo fomentaba, entonces, la necesidad de que hubiese una discusión ética sobre el ejercicio periodístico de Venezuela, justamente en años –como ahora- de fragor y conflictividad.
Palabras más, palabras menos, la profesora zanjó el asunto diciendo que una vez que volviéramos a la normalidad en Venezuela, entonces –y sólo entonces- se discutiría de ética. Aquello fue hace 15 años.
La normalidad, en verdad, nunca llegó y si soy franco tampoco se ve a la vuelta de la esquina. Al contrario, parece esta signado este tiempo venezolano, a vivir en medio de la conflictividad y la incertidumbre. Se trata, en realidad, de un tiempo más que propicio para la discusión ética.
El cómo nos comportamos los periodistas en una situación de normalidad sin duda pudiera ser interesante, claro que lo sería si viviésemos en Suecia o Finlandia. Pero al vivir en Venezuela, en realidad la discusión cobra un nuevo sentido.
Para leer mas, visite Efecto Cocuyo.