El candidato único del oficialismo para las elecciones presidenciales en la Argentina, Daniel Scioli, realizó el pasado 22 de julio una breve pero significativa visita a Cuba, donde se reunió con Raúl Castro.
Una lectura simple del viaje podría significar que Scioli visitó Cuba, incluyendo un muy cordial encuentro con Raúl Castro, para fortalecer su perfil kirchnerista y así afianzar al electorado duro del oficialismo que desde 2003 gobierna en la Argentina, y también sumar votos de un sector de la izquierda demasiado indecisa o hasta crítica con los Kirchneristas y concretamente con Scioli.
El gobernador bonaerense y ex vicepresidente de Néstor Kirchner sorprendió con este viaje en el medio de la intensa campaña presidencial en la Argentina, donde el 9 de agosto próximo se realizarán las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). La sorpresa es doble, tanto por la prioridad que implica recorrer el propio extenso país, como el destino elegido: la dictadura remanente de América Latina.
Hay que tener en cuenta que las primarias en la Argentina actúan como una suerte de primera vuelta y más con la candidatura de Scioli. Es decir, el ex motonauta que ingresó a la política en los noventa de la mano de Carlos Menem, podrá conocer el 9 de agosto el resultado que lo separará de sus dos principales contendientes, Mauricio Macri y Sergio Massa, quienes sí tendrán competencia en las primarias donde las encuestas los dan como ganadores en sus respectivos espacios.
Y para la primera vuelta, en las elecciones generales el 25 de octubre, Scioli podría alcanzar la presidencia de llegar al 40 por ciento de los votos con una diferencia de más del 10 por ciento del segundo, algo muy probable según señalan algunos estudios de opinión pública.
Y en caso de resultar electo presidente, Scioli ya tiene confirmada la presencia de Raúl Castro para su asunción, quien al dedicarle en su visita a La Habana un ejemplar de un libro sobre su vida, le escribió: “Para mi amigo Daniel, a cuya toma de posesión el 10 de diciembre de 2015 iré“.
Ahora, ¿puede esperarse un relacionamiento más estrecho entre el régimen cubano y un gobierno de Daniel Scioli en la Argentina? Para Cuba es importante contar con un aliado como la Argentina y no llevarse ninguna sorpresa como le sucedió en 1999 con Fernando de la Rúa, más sabiendo que Scioli es un pragmático, sin convicciones ideológicas y que siendo diputado en 2001 fue co-firmante de un proyecto de declaración de apoyo a una iniciativa de apertura política mediante un referéndum en Cuba, el Proyecto Varela.
Además, Cuba necesita el cerrado apoyo latinoamericano en sus negociaciones con los Estados Unidos, en especial para sostener el argumento de la cuestión soberana para justificar su cerrado y represivo sistema político de régimen de partido único que contraría todas las cláusulas democráticas de organismos regionales.
Para la Argentina, el régimen cubano ha sido históricamente un importante aliado en el reclamo de la soberanía por las Islas Malvinas (Falklands), hasta con la propia dictadura militar. Y además puede beneficiarse de otros intercambios, como la experiencia cubana para formar a los grupos juveniles más radicalizados del kirchnerismo, “La Cámpora”, penetrar ideológicamente en sectores pobres de la Argentina a través de programas sociales, implementar campañas sucias contra opositores al gobierno de Scioli, y hasta ofrecer el apoyo externo en inteligencia dado que el organismo para tal fin está muy cuestionado debido a la muerte del Fiscal Alberto Nisman, quien investigaba a la presidente de la Nación Cristina Kirchner por un acuerdo con Irán.
Es sabido que el régimen cubano tiene un manual mediante el cual en las relaciones internacionales siempre ha buscado apuntalar gobiernos amigos y promover la implementación de afines. Sin embargo es cierto también que en la Argentina no es tan fácil que Cuba logre influir como lo hizo en Venezuela, mediante la sustitución paulatina de instituciones y mecanismos democráticos por otros que no lo son. Pero hay un camino en el que ya se ha avanzado en la Argentina durante los doce años de gobiernos kirchneristas erosionando la institucionalidad democrática y creando un legado social preocupante, tanto por el aumento de la pobreza e indigencia como el incremento del narcotráfico. Y hay algo que muchos desconocen: Cristina Kirchner puede volver a postularse para presidente en el 2019 y con un triunfo de Scioli en 2015 su sueño del “ir por todo” se mantiene vivo.
En definitiva, Cuba es un socio fundamental para cualquier gobierno interesado en perpetuarse indefinidamente en el poder, pues es algo en lo cual los Castro son campeones mundiales. Seguro que Scioli y su equipo estaba tomando notas.