La campaña presidencial llega al Congreso

A seis semanas del 19 de noviembre, La Moneda y la oposición están echando toda la carne a la parrilla para polarizar el debate de tal forma de entusiasmar a sus bases electorales.

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El anuncio del gobierno de una ley de presupuesto con mayor crecimiento del gasto que el esperado, y la decisión de la oposición de acusar constitucionalmente al ministro del Interior Mario Fernández por la forma en que el gobierno ha respondido a la violencia en La Araucanía, demuestran fehacientemente que la campaña presidencial se ha instalado de lleno en el Congreso Nacional.

A seis semanas del 19 de noviembre, La Moneda y la oposición están echando toda la carne a la parrilla para polarizar el debate de tal forma de entusiasmar a sus bases electorales. A La Moneda le preocupa el poco entusiasmo que genera la candidatura del senador Alejandro Guillier. El periodista, que debería ser un experto en comunicaciones, ha cometido errores infantiles en su campaña. El día de ayer, defendió la siesta, alegando que lo intenso de la campaña no le ha permitido tomar esas siestas que asoció a su condición de provinciano. Si bien Guillier es originario de Antofagasta, ha vivido por 30 años en Santiago, una ciudad en la que a la mayoría de las personas se les hace más difícil poder tomar siestas en los días laborales (aunque posiblemente en las provincias también hay muchas menos personas que pueden tomar siesta ahora que hace 30 años). De cualquier forma, hacer referencia a que a uno le gustan las siestas parece no ser una estrategia muy apropiada para un candidato que anda buscando trabajo. Como la Presidencia de la República implica un compromiso que va mucho más allá de las 45 horas semanales de trabajo, Alejandro Guillier no debería dar a entender que quiere llegar a La Moneda para poder tomar siestas.

Además de los errores comunicacionales de Guillier, La Moneda está preocupada por la dispersión de la votación de centroizquierda. En conjunto, las candidaturas de Beatriz Sánchez, Carolina Goic, Marco Enríquez-Ominami y Alejandro Navarro suman más seguidores que la de Alejandro Guillier. SI bien es probable que la mayoría de esos votantes se alineen detrás del que pase a segunda vuelta a enfrentar a Sebastián Piñera —en caso de que el ex Presidente no logre más del 50% de la votación en primera vuelta—, mientras más se disperse la votación del sector, más difícil será ser competitivo en segunda vuelta.

De ahí que el gobierno de Michelle Bachelet optó por usar la ley de presupuesto como una oportunidad para contrastar prioridades con Sebastián Piñera. Al poner el foco en el gasto social más que en la disciplina discal, La Moneda quiere comunicar el mensaje de que Piñera está preocupado de la plata, mientras el gobierno está preocupado del bienestar de las personas. Lamentablemente para Bachelet, esta estrategia tendrá problemas para ser efectiva mientras Guillier no se anime a ponerse la camiseta de la Nueva Mayoría y a defender con ahínco y determinación el legado de la Presidenta. Es verdad que ella tiene más rechazo que aprobación en las encuestas, pero se acerca al 40% de apoyo, mientras que Guillier apenas marca sobre el 20% en los votantes probables. Parecería lógico que él quisiera acercarse a Bachelet y capturar ese caudal de apoyo que le asegure el paso a segunda vuelta.

Por su parte, Chile Vamos también ha optado por polarizar el debate político en el Congreso. Al anunciar una acusación constitucional contra Mario Fernández, la derecha no espera que los legisladores de la Nueva Mayoría lo censuren políticamente. Chile Vamos quiere convertir la errática respuesta del gobierno a la violencia en La Araucanía en un tema polarizador, para que los derechistas se entusiasmen con votar por Piñera. Como las encuestas muestran al ex Presidente con una enorme ventaja, mucha gente lo puede dar por ganador y no molestarse en ir a votar. Politizar el conflicto en La Araucanía es una buena estrategia para la derecha, especialmente cuando algunos creen que el diputado José Antonio Kast, que se ubica a la derecha de Piñera, pudiera estarle haciendo daño al ex Presidente entre los chilenos más derechistas.

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