La candidatura presidencial del Manuel José Ossandón ha dejado en claro las fortalezas que han hecho del senador derechista el principal desafiante del ex Presidente Piñera en el sector. Pero también ha hecho evidentes sus debilidades. A menos que el ex alcalde le dedique más tiempo a corregir sus debilidades que a potenciar sus fortalezas, su candidatura de 2017 no pasará de ser un saludo a la bandera.
El ex alcalde de Pirque (1992-2000) y Puente Alto (2000-2012) se consolidó como el enfant terrible de la derecha cuando, contra todo pronóstico, derrotó al ex candidato presidencial Laurence Golborne y se convirtió en senador por Santiago Oriente, la más preciada de las circunscripciones del país para la derecha chilena. En el Senado, Ossandón no ha podido brillar como lo hizo desde la alcaldía de Puente Alto. Además de que es difícil ser parlamentario de minoría cuando la mayoría oficialista lo controla todo y pasa máquina, él es mucho más un gestor que un experto en la cocina política. Con todo, su decisión de buscar la primera magistratura da muestra de su fuerza, voluntarismo y, por cierto, de su lugar expectante en las encuestas de opinión pública como el segundo liderazgo que tiene el sector.
Habiendo renunciado a RN —para evitar que el partido le aplicara la ley anti-díscolos y le prohibiera ser precandidato—, Ossandón sorpresivamente aceptó participar en las primarias presidenciales de Chile Vamos del 2 de julio después de haber reunido las 40 mil firmas que le permitían ser candidato independiente en noviembre. Al haber aceptado competir contra el ex Presidente Piñera y el diputado de Evopoli Felipe Kast, Ossandón corría varios riesgos. Para seguir avanzando, deberá ganar una elección donde votan fundamentalmente las personas que se identifican con la derecha y, en particular, con Chile Vamos. Como su principal apoyo está entre los independientes, y como las primarias siempre convocan pocos independientes, Ossandón aprovechó seguir por el camino difícil en vez de optar por ir directamente a la primera vuelta de noviembre.
Desde que se inició la campaña para las primarias, Ossandón ha centrado su mensaje en tres elementos simples y poderosos. A diferencia de Piñera, él no está involucrado en escándalos. A diferencia de Piñera y Kast, él conoce la calle mucho mejor, porque ahí hizo su carrera política. A diferencia de sus rivales, Ossandón es firmemente de derecha y se mueve por sus convicciones, no por las encuestas.
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