La decisión de la Presidenta Bachelet de presentar una querella contra el director, el editor general y dos periodistas de la revista Qué Pasa refleja su preocupante subvaloración por la libertad de prensa y la libertad de expresión. Precisamente porque Michelle Bachelet pertenece a una coalición política que sufrió los rigores de una dictadura que violaba esos derechos, la Presidenta de la República debiera entender que ella no es una ciudadana común y que la legítima defensa de su honra no debe alimentar la percepción de que el gobierno persigue criminalmente a medios de comunicación. Bachelet debiera evitar pasar a la historia como la primera Presidenta en democracia que persiguió criminalmente a un medio que publicó una conversación de terceros que la mencionaba a ella como parte de los oscuros negocios en que ha estado involucrada su nuera, Natalia Compagnon.
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