“Lo sé de buena fuente: el kirchnerismo rompe y se presenta solo en Buenos Aires”. Corría el 16 de mayo y mi interlocutor lucía convencido: en la provincia habría cuatro listas. Era un escenario favorable para el Gobierno y para Massa, que verían dividirse en dos los votos de Scioli, Randazzo, Sabbatella y Aníbal Fernández. Pero el rumor sonaba dudoso y terminó de disolverse una madrugada de junio en un convento de monjas. Ese día José López revoleó al más allá unas valijas, varias lucubraciones y el Proyecto.
Una epidemia de hechos aislados se abatió sobre el kirchnerismo. Sin embargo, a la prisión de Jaime y Báez no se sumó De Vido sino el hombre que Néstor había designado para vigilarlo. El supervisor del cajero. El diputado del Parlasur al que Magnetto infiltró en el kirchnerismo hace 25 años.
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