El mes de noviembre concluyó, en Honduras, con el asesinato de otro periodista. El cuarto ocurrido en este 2019. La violencia contra periodistas es otra de las aristas de la compleja crisis hondureña en la que se combinan impunidad, corrupción y narcotráfico.
El periodista José Arita conducía el programa “La hora de la verdad” en Puerto Visión de Canal 12, en la ciudad de Puerto Cortés, al norte del país. Poco después de abandonar la sede del medio de comunicación, la noche del 25 de noviembre, fue interceptado aparentemente por sicarios que le dispararon de forma repetida.
Organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y el Comité de Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) demandaron respuestas de las autoridades y recordaron que los anteriores asesinatos de periodistas en el país centroamericano han quedado impunes.
Honduras, con algo más de nueve millones de habitantes, ha figurado en la prensa internacional este año, además del asesinato de periodistas, por las protestas de la sociedad civil en contra del Gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado y las imputaciones por narcotráfico en EEUU que involucraron al hermano del jefe de Estado.
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