Un gobierno de derecha a favor del capitalismo y del mercado debiera entender que la forma más eficiente de realizar todas las tareas que implica gobernar es optimizando los recursos a través de la especialización de los equipos de trabajo. Para una administración que en general ha hecho las cosas relativamente bien en su respuesta al coronavirus cuando se le compara con otros países de la región, resulta incomprensible que las principales polémicas respondan a errores no forzados de comunicación. Porque ni el Presidente Piñera ni el Ministro Jaime Mañalich son buenos comunicadores, los dos debieran centrarse en seguir liderando la respuestas del gobierno a la pandemia y a la crisis económica, y ceder el papel de comunicador a personas que tienen las habilidades y capacidades para hacerlo.
En las cinco semanas que el país lleva en la fase 4 del coronavirus, el gobierno ha tenido más aciertos que errores. La decisión de implementar cuarentenas selectivas y de minimizar el impacto negativo en la actividad económica fue fuertemente resistida al comienzo. Pero a medida que el resto de los países de la región han comenzado a buscar formas para salir de sus cuarentenas nacionales, la estrategia adoptada por el gobierno chileno aparece como una medida más sostenible en el tiempo.
A su vez, la forma en que el gobierno ha desplegado recursos y ha anunciado paquetes económicos para responder ante el impacto económico de la pandemia aparece también como acertada. Si bien era tentador anunciar de buenas a primeras que tirarían la casa por la ventana, al ir tomando medidas incremental y gradualmente el gobierno ha podido afinar mejor su respuesta a los efectos, todavía desconocidos, que tendrá la pandemia en la economía.
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