Michelle Bachelet habló y habló fuerte con su informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. Debo decir que ocurrió lo que se esperaba, ya que este informe estuvo precedido de dos informes anteriores, de agrias discusiones sobre Venezuela en seno del consejo y de declaraciones previas de alta comisionada que para nada dejaban bien parado al régimen de Nicolás Maduro.
Desde un punto de vista comunicacional, el informe se encarga de no dejar dudas sobre el carácter generalizado que tiene la crisis en derechos humanos que padecemos los venezolanos, estén dentro del país o que se hayan visto obligados a emigrar. Al hacer un balance enfocado en los años 2018 y 2019, por otro lado, el informe Bachelet tampoco deja dudas sobre quién tiene la responsabilidad. Sí, el principal responsable es el gobierno de Nicolás Maduro.
El informe de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos tiene una serie de frases que sencillamente ayudan a la comprensión internacional de la gravedad. No es el papel de la señora Bachelet venir a Venezuela y meter preso a Maduro, como tantas personas viscerales le exigen. Ella, con este informe, ha cumplido lo que es su papel: documentar y denunciar públicamente.
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