Cuando queda sólo un mes para que los chilenos escojan Presidente por séptima vez desde el retorno de la democracia, la ventaja que lleva Sebastián Piñera en las encuestas debiera quitarle toda incertidumbre a este proceso electoral. Pero como también tiene altos niveles de rechazo, el ex Presidente todavía aparece en una posición vulnerable. Afortunadamente para él, como ninguno de sus rivales, hasta ahora, ha podido capitalizar esos altos niveles de rechazo hacia el candidato de la derecha, da la impresión de que, para bloquear su retorno al poder, la centroizquierda necesitará de un vocero que logre llevar el voto de rechazo a Piñera hacia el candidato de izquierda que pase a segunda vuelta.
Como la Presidenta Bachelet parece haberse resignado a tener que entregarle la banda presidencial a Piñera por segunda vez, la coalición gobernante necesita un líder que pueda frenar el retorno de la derecha al poder. El ex Presidente Ricardo Lagos puede ocupar ese papel. Dado que la coalición de centroizquierda probablemente tenga un candidato poco carismático y algo débil en segunda vuelta, si se convierte en el jefe de campaña de la Nueva Mayoría, Lagos le puede bloquear la victoria a Piñera.
Cuando las elecciones se realizan en países con voto voluntario, la participación electoral se convierte en la variable más importante para explicar el éxito y fracaso de distintos candidatos. Si bien algunos candidatos pueden tener buena valoración en la población en general, si su valoración es menos positiva entre las personas que votan, bien pudieran llevarse una sorpresa al recibir poco apoyo electoral. De la misma forma, un candidato que genera rechazo en el público en general pudiera terminar resultando ganador en una contienda con altos niveles de abstención y en la que la participación se concentra entre votantes leales al candidato impopular.
Las encuestas muestran que Piñera tiene altos niveles de rechazo entre personas que probablemente no van a ir votar. Entre los votantes probables, Piñera tiene una evaluación sustancialmente mejor. Porque en Chile votan más las personas de más ingresos y más educación, la impopularidad de Piñera entre los sectores populares no representa un desafío para el candidato de Chile Vamos. En general, Piñera ha hecho poco terreno en esta elección, por temor a que aquellos que lo rechazan realicen manifestaciones públicas en su contra. Pero como muchos de aquellos que no gustan de Piñera no van a ir a votar, el ex Presidente lidera cómodamente las encuestas entre votantes probables.
El desafío de su rival en segunda vuelta —cuestión de la que hoy parece más cerca Alejandro Guillier— será convencer a aquellos que rechazan a Piñera que vale la pena votar en segunda vuelta por la única alternativa que entonces quedará en carrera. Por lo que dicen las encuestas sobre los distintos candidatos de centroizquierda, ninguno de ellos parece lo suficientemente atractivo como para provocar una alta participación en segunda vuelta. No basta con que la gente sienta rechazo hacia Piñera. Para que se animen a ir a votar, su rival deberá producir algún tipo de entusiasmo.
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