El peor error que podría cometer el gobierno de Sebastián Piñera es tratar de quitarle a la izquierda las banderas que hoy enarbola. Porque los chilenos votaron en 2017 mayoritariamente por las causas que defiende la derecha, el gobierno de Chile Vamos debiera doblegar esfuerzos por cumplir sus promesas en vez intentar mimetizarse con un discurso que no le es propio. La mejor forma de demostrar que le importa la igualdad de géneros es ampliando las libertades económicas de toda la población y generando más oportunidades para los que menos tienen. Eso ayudará a la causa mucho más que cualquier marcha feminista, por más masiva que ésta haya sido.
Es imposible convencer al país que tus ideas son mejores si tú no crees en ellas. La facilidad con la que el gobierno se entusiasma con proyectos y causas ajenas genera profundas dudas sobre el nivel de compromiso que tiene con las que fueron sus prioridades de campaña. Después de que la marcha feminista convocó a cientos de miles de personas (180 mil fue la cifra oficial, pero otros hablan de 300 mil), La Moneda abandonó su posición inicial de que la huelga era innecesaria. Sorpresivamente, queriendo subirse al carro de la victoria, comenzó a repetir algunos de los mensajes más populares de la marcha. La presidenta de la UDI Jacqueline Van Ryselberghe llegó a decir que “no vamos a entregarle a la izquierda las banderas del feminismo”.
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