El lunes 25 de febrero, Jorge Ramos, periodista de Univisión, viajó a Caracas con su equipo para entrevistar a Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores.
Las preguntas que hizo Ramos sobre la crisis de Venezuela molestaron a Maduro, pero un video que el periodista le mostró y en el cual se veía a tres jóvenes comiendo de la basura fue la gota que derramó la copa. El video había sido grabado por el mismo Ramos un día antes de la entrevista, y en él, uno de los jóvenes afirmó que a Maduro deberían “sacarlo”.
Maduro se negó a proseguir la conversación, y entonces Jorge Ramos y su equipo fueron retenidos dentro del palacio presidencial. Durante la retención, les decomisaron sus equipos, celulares y la grabación de la entrevista. Al día siguiente, los periodistas fueron expulsados de Venezuela y el equipo viajó de nuevo a Miami.
Un país acallado
Los ataques del Gobierno contra la libertad de expresión e información en Venezuela han sido múltiples y sostenidos. El chavismo no inventó la censura, pero, como cualquier régimen que quiere perpetuarse en el poder, sí apeló a las prohibiciones, al ataque y a las restricciones. ‘De eso no se habla’, parece ser el lema del gobierno de Nicolás Maduro.
Cada año, Reporteros Sin Fronteras evalúa a los países en materia de libertad de prensa. En 2018, Venezuela ocupó el puesto 143 entre los 180 países evaluados.
Entre 2017 y 2018, en Venezuela fueron clausurados 49 medios de comunicación, en especial locales e independientes. En total fueron cerradas 46 emisoras y tres canales de televisión sin que se hubiese aplicado previamente un procedimiento administrativo y sin derecho a la defensa. Los 49 medios dejaron de transmitir por orden inmediata de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Todos tenían en común espacios de opinión en donde se criticaba el régimen de Maduro.
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