El calendario del proceso constituyente devela errores evidentes en el diseño de lo que debiera ser el proceso de reorganización institucional más trascendental y legítimo que pudiera tener Chile en sus 200 años de historia independiente. Porque es fácil anticipar que una carta Gantt deficiente obstaculizará el éxito de todo el proyecto, el mal diseño del calendario electoral del proceso constituyente debiera ser razón suficiente para que cualquier persona razonable dude de la conveniencia de votar a favor de éste.
De acuerdo a la agenda establecida en el Acuerdo por la Paz Social (sic) y la Nueva Constitución, el proceso se inicia con el plebiscito de 26 de abril. En caso de una victoria del Apruebo, se inicia formalmente el proceso constituyente. El 26 de abril los chilenos también deberán escoger entre una Convención Mixta (86 miembros electos y 86 legisladores provenientes del Congreso) y una Convención Constituyente (155 miembros electos). Por cierto, sospecho que la razón por la que la convención mixta sorpresivamente parece tener tanto apoyo en las encuestas se debe a que mucha gente que está a favor de la paridad de género pudiera equivocadamente pensar que la convención mixta propone un igual número de hombres y mujeres.
De cualquier forma, en caso de ganar el Apruebo, en agosto se iniciará la campaña para la elección de miembros a la Convención Constituyente que se realizará el 25 de octubre. Pero ese día también se celebrará la elección de alcaldes, concejales y —a menos que se materialicen los rumores sobre su posible cancelación— de gobernadores regionales (una contienda inédita en la historia nacional).
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