El peor escenario posible para el gobierno del Presidente Sebastián Piñera —y por cierto para el pueblo venezolano— es que la crisis humanitaria y política se prolongue indefinidamente en ese país. Después de que, con su viaje a Cúcuta, optara por involucrarse profundamente en la búsqueda de una solución, ha quedado parcialmente atrapado en el pantano político de ese trance. Ante la negativa de Nicolás Maduro a dejar el poder y el comprensible apuro de una oposición en la que algunos ya se han visto tentados a pedir una intervención militar estadounidense, el gobierno de Chile deberá evitar aparecer apoyando una salida armada y dar señales claras de que no abandonará los esfuerzos por restaurar la democracia en Venezuela.
Desde que asumió el poder en 2013, ganando unas elecciones realizadas pocas semanas después de la muerte de Hugo Chávez que fueron ampliamente cuestionadas por la comunidad internacional, Nicolás Maduro ha gobernado de forma irresponsable y autoritaria. Venezuela hoy es un país que está mucho peor que cuando él asumió. Independientemente de si uno cree que es una dictadura o una democracia en una profunda crisis, es incuestionable que su gobierno ha sido un desastre en el manejo económico y ha llevado al país por un camino equivocado. Incluso para aquellos que insisten en rescatar aspectos positivos de la revolución bolivariana, parece claro que el gobernante es hoy mucho más parte del problema que de la solución.
Por cierto, Venezuela no es el único país de la región en problemas. Haití ha vivido décadas de inestabilidad política. Pero mientras la crisis en Haití ha sido la norma en los últimos 15 años, la brusca caída en los estándares de vida en Venezuela ha generado una inmensa ola migratoria. Ese gran flujo a otros países de América Latina en meses recientes ha hecho que la opinión pública de la región ponga tanta atención a los sucesos políticos en Venezuela. Es verdad que muchos haitianos también han migrado a otros países, incluido Chile. Pero la rapidez con que ha aumentado la migración venezolana en los últimos meses supera ampliamente el flujo de haitianos. Además, Venezuela tiene tres veces la población de Haití y se puede viajar por tierra —aunque sea un viaje largo y difícil—a Chile.
Para leer más, visite El Líbero.