En febrero la opción del cambio político en Venezuela parecía una locomotora a toda máquina. La irrupción de Juan Guaidó como presidente interino y su rápido y masivo reconocimiento internacional, junto a la clara presión de Estados Unidos sobre el chavismo, parecían conducir al país hacia una transición inminente.
El escenario es otro tras cinco meses de la juramentación de Guaidó el 23 de enero de 2019: a errores en su estrategia y hasta denuncias de corrupción en su entorno, se suman la tozudez del régimen de Nicolás Maduro, enfrascado en su objetivo de conservar el poder. De corolario, una comunidad internacional que no termina de definir una acción conjunta y contundente.
Todo ello coloca a los venezolanos en otro contexto en el cual no se avizora un cambio, al menos no en el corto plazo.
Dos estudios de opinión pública a los que ha tenido acceso DIARIO DE CUBA en Venezuela, dejan en evidencia, por un lado, la profundización de la crisis y el rechazo popular a Maduro, pero al mismo tiempo una realidad política que hasta ahora Guaidó no ha podido cambiar: Maduro ejerce el poder y nada indica que eso será distinto en cuestión de semanas o incluso de meses. Un claro contraste con el inicio de 2019, cuando parecía inminente un vuelco en el país.
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