Caminamos a tientas, en una suerte de oscuridad global. Reina la incertidumbre, el no saber qué va a pasar, y eso no es exclusivo de países como los nuestros, donde lo usual es que cualquier cosa puede pasar.
La expansión global del coronavirus ha llevado a que la Organización Mundial de la Salud declare la pandemia, lo cual habla de su expansión geográfica y no necesariamente de su gravedad. Es sin embargo, la primera pandemia que tiene lugar en un mundo hiperconectado. Se trata de la primera epidemia global con una sociedad conectada a las redes sociales.
Para el periodismo, especialmente el que se hace local o nacionalmente, surgen a mi modo de ver mandatos muy claros sobre el tratamiento periodístico del coronavirus y sus correlatos, ya que no sólo genera un impacto humano-social y sanitario, sino económico y comercial, al tiempo que tiene un trasfondo político.
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