Pueden creer la última noticia de la ecología política? Sí, Donald Trump anunció que retirará formalmente a Estados Unidos del Acuerdo de París. Después de 132 días en el cargo, está muy claro que este tipo de noticia que sacude la Tierra es de lo más normal. Desde el primer día de su presidencia ha habido conjeturas sobre cuánto tiempo puede permanecer Trump en su cargo. Pero con o sin Trump, hay bajo la superficie un fenómeno mucho más inquietante que el presidente sólo representa (aunque con un rico conjunto de toques personales especiales).
Repasemos el contexto en que se ha tomado tan drástica decisión.
Estados Unidos es un país en crisis por sus valores fundacionales, tan perdido internamente que no está en condiciones de liderar fuera de sus fronteras. Tomemos el caso de Greg Gianforte –candidato republicano en los comicios legislativos de Montana– que lanzó al piso a un periodista por hacer una pregunta incómoda antes de la elección. Fue acusado de un delito menor y de todos modos ganó la banca. Trump tuiteó felicitaciones.
La comunidad de los organismos de seguridad descubrió que hubo interferencia rusa en las elecciones estadounidenses y reveló su influencia en el resultado final. ¡Imagínense! ¡Los rusos, que en los EE.UU. ocupan un lugar casi mítico de maldad! Y el electorado respondió con una caída de la popularidad de su nuevo presidente, pero la vida siguió su curso para Trump.
Cuando era candidato, Trump se jactaba de poder balear personas por la Quinta Avenida sin perder votos. ¿Saben qué? Tenía razón. Son señales de una estructura rota, de una crisis de los valores fundacionales que forjan una nación.
De modo que la decisión de abandonar el Acuerdo de París de alguien que representa a quienes niegan el cambio climático y lo califican de engaño –una conspiración china para lograr ventajas comerciales– es casi esperable. Otros países han “leído las hojas de té” del gobierno de Trump durante los mismos 132 días que el resto de nosotros. La decisión de retirar a Estados Unidos del acuerdo, aunque consternante, no es precisamente sorprendente para ellos tampoco.
Se están adaptando.
China surge como un líder del campo de la energía renovable. Reafirmó su compromiso con el acuerdo y las medidas climáticas pese a la decisión de Estados Unidos. La Unión Europea reaccionó de la misma manera. Luego del anuncio estadounidense, el ministro de Medio Ambiente de Alemania dijo que Trump no podía impedir que el mundo protegiera el medio ambiente.
The Guardian informó que la UE y China ocuparán el vacío que deja la retirada estadounidense del Acuerdo de París y acelerarán las metas de reducción de emisiones. India, que tiene una enorme necesidad de adquirir energía de cualquier fuente disponible, sigue haciendo la transición para terminar con la dependencia del carbón. En la última década, ha ampliado drásticamente su capacidad de energía renovable. Y no son sólo los países los que se adaptan a un nuevo orden mundial sin los Estados Unidos.
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