Tras un año de negociaciones, y bastantes tiros y jalones, los equipos de negociación de Estados Unidos y México lograron cerrar esta semana la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un tratado que el entonces candidato Donald Trump llamó numerosas veces el “peor tratado de la historia” durante su campaña presidencial en 2016.
Sin embargo, el acuerdo preliminar alcanzado parece mitigar las principales preocupaciones comerciales de ambos países, como la protección del sector agricultor y automotriz en Estados Unidos, mientras que México retiene bajo buenos términos a su principal socio comercial en vísperas de la transición de gobierno.
Con la noticia de que que Canadá no aceptó incorporarse al acuerdo este viernes 31 de agosto, y ha aplazado la discusión hasta el próximo miércoles, el análisis cambia completamente y resulta difícil seguir hablando de TLCAN cuando en realidad estamos hablando técnicamente de un acuerdo bilateral entre Estados Unidos y México, dando un nuevo rumbo a la negociación y que no representa el acuerdo tal cual se constituyó en el año 1994.
Tras este aplazamiento de una de las partes claves de este acuerdo, Trump ha solicitado al Congreso que revise y analice para su posterior ratificación, el acuerdo alcanzado con México. De esta forma se alcanzaría una aprobación antes de las elecciones intermedias en Estados Unidos, y de la toma de mando del presidente electo Andrés Manuel López Obrador en México.
Asimismo, dada las condiciones de este “avance”, resulta difícil imaginar que los respectivos congresos lo aprueben sin que pongan en duda la institucionalidad del acuerdo alcanzado. Recordemos que los negociadores comerciales fueron mandatados a re-negociar el TLCAN y no a negociar una acuerdo bilateral. Este es perfectamente una argumento que los opositores a esta revisión del acuerdo bien podrían mencionar en los debates parlamentarios que se avecinan.
Con la información que al momento tenemos en la mesa, ¿cuáles son los principales cambios del acuerdo?
A lo largo del año, tras cada ronda de negociación, los equipos liderados por Chrystia Freeland (Canadá), Ildefonso Guajardo (México) y Robert Lighthizer (EE.UU.), reportaban el cierre de discusiones sobre los 30 capítulos contenidos en el tratado, dejando los temas mas contenciosos hasta el final. Y aunque desconocemos el cuerpo del documento—y el diablo está en los detalles—tanto Estados Unidos como México pueden cantar victoria, al menos por ahora.
Desde el principio, los temas más álgidos entre los tres países eran los concernientes a la industria agropecuaria, manufacturera y automotriz, reglas de origen y salarios, además de la petición por parte de Estados Unidos de la eliminación del capítulo 19 referente a la resolución de controversias así como también la aprobación de una cláusula sunset que permita terminar el acuerdo al quito año de aprobado al menos que las partes acuerden lo contrario. En el siguiente cuadro mostramos cómo algunos de estos temas álgidos han sido contemplados en la revisión del acuerdo.
Temas revisados | TCLAN 1994 | TCLAN –bilateral– 2018
(EEUU & México) |
Reglas de origen del sector automotriz | Regla de origen de automóviles es del 62.5% | Regla de origen de automóviles sube al 75%. Aproximadamente 40% de ese contenido debe ser proveniente de mercados donde el salario supere los USD16 la hora |
Sobre la caducidad del acuerdo |
Se estableció una vigencia indefinida del acuerdo | Pasa a tener una vigencia de 16 años y a partir del sexto año de aprobado el nuevo acuerdo, existirán revisiones anuales. |
Resolución de controversias para temas relacionados a inversiones | Se estableció un capítulo de solución de controversias tradicional para temas relacionados a inversiones. (Cap. 19 y 20) | Se establece que este capítulo se aplicará principalmente para el caso de expropiaciones |
Resolución de controversias para temas relacionados al sector agropecuario | Existe un capitulo que contempla mecanismos de solución de controversias tradicionales para dicho sector. (Cap. 19 y 20) | No se llegó a un acuerdo, a la espera de que Canadá se sume a las negociaciones.
(EEUU solicitaba que se eliminara este capitulo)
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Resolución de controversias para temas generales relacionados al comercio | Existe un capitulo de solución de controversias del comercio en general. (Cap. 19 y 20) | No se llegó a un acuerdo a la espera de que Canadá se sume a las negociaciones.
(EEUU pedía que la resolución de los paneles de resolución de controversias, sea optativa) |
Fuente: Albertoni & Gaytan con base en los resultados de la renegociación del TLCAN al 31 de agosto de 2018.
Tal como se anunció el pasado lunes 27 de agosto, México y Estados Unidos lograron resolver sus principales diferencias en torno a los sectores manufacturero y automotriz, al elevar el porcentaje de componentes de autos fabricados en la región. Inicialmente un deal-breaker para México, el equipo de Guajardo termino cediendo a la petición de que al menos un “40% del contenido de un automóvil se produzca en una zona de altos salarios (Estados Unidos o Canadá)”, además de incluir mayores protecciones a los trabajadores, lo que significará que México tendrá que ajustar lo que hasta hoy resultaba su mayor ventaja competitiva dentro del tratado: mano de obra de alta calidad a precios bajos.
Se espera que Canadá retome el diálogo el miércoles y lo que se puede percibir es que el gobierno de Trudeau buscará mantener las política en torno a la defensa de la industria láctea y la conservación de los mecanismos de resolución de disputas. Sin embargo, la pregunta que queda abierta es si lo que se pueda llagar a aprobar con Canadá en los próximos días, serán aspectos que realmente se incluirán en el acuerdo alcanzado con México.
Con el borrador que el presidente Trump acaba de mandar al Congreso en Estados Unidos, lo que se busca –en un escenario ideal– es alcanzar un consenso bipartidista, permitiendo la ratificación del acuerdo preliminar con México.
Thomas Donohue, Presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU. publicó un comunicado de prensa tras conocer los resultados alcanzados en esta semana y la posición parece clara de parte del empresariado: “Cualquier cosa que no sea un acuerdo trilateral no ganará la aprobación del Congreso y perderá apoyo comercial. Agradecemos el arduo trabajo de los negociadores de los tres países, y los exhortamos a que permanezcan en la mesa y se mantengan enfocados en la conclusión de un acuerdo que incluya a EE.UU., México y Canadá”.
Si el Congreso se opusiera podría dificultar el proceso de aquí a las intermedias de noviembre. De igual forma en México, para probar el nuevo acuerdo comercial se requiere del aval de tres cuartas partes del Senado Mexicano. Tanto en el Congreso Mexicano como en Estados Unidos, no hay dudas que un tema que estará sobre la mesa es la institucionalidad del acuerdo concluido con México. Es decir, ¿seguimos tratando con un TLCAN o es ya este un acuerdo bilateral?
Si la nueva 64º Legislatura del Congreso de la Unión de México—que rindió protesta apenas esta semana—no logra ponerse de acuerdo antes del 1 de diciembre, difícilmente Trump y Peña Nieto podrán cerrar sus administraciones este año con una victoria comercial.
Toda la atención parecería estar puesta ahora en Canadá y los pasos que pueda dar en estas días. Es clave que este país se sume para hacer un balance de poder entre las posiciones extremas que tiene Trump entorno al comercio con México.