El plan para la transición en Venezuela, hecho público por el secretario de Estado, Mike Pompeo, este 31 de marzo, oficializa el viraje de la política de Washington en relación con el régimen de Nicolás Maduro. Estados Unidos apuesta, definitivamente, a una salida política. E incluso hará gala de su fuerza militar en aras de alcanzar dicha salida política.
Es temprano para saber si el plan fructificará, pero debe verse alineado con los anuncios de la semana pasada, cuando Estados Unidos ofreció una recompensa por el gobernante venezolano y sus más estrechos colaboradores, a los que acusó de narcotraficantes, entre otros delitos.
En seguidillas, Estados Unidos le puso precio a la cabeza de Maduro y sus colaboradores cercanos, presentó este plan para un gobierno de transición y hará un despliegue naval en el Caribe que parece tener un destinatario.
Washington, con estas acciones, busca el desplazamiento de Maduro del poder por fuerzas internas del propio chavismo.
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