La resaca después de la fiesta del legado
En su último mes en el gobierno, Bachelet pareció caer víctima de una sensación de urgencia por cumplir todas las promesas de campaña que no había podido o querido cumplir durante sus dos mandatos. Se dio todos los gustitos que no se había podido dar en La Moneda. Después de haber sido forzada a realizar cambios de gabinete, dejando caer a varios de sus principales aliados, Bachelet optó por tomar las decisiones que quiso sin consultar siquiera a sus ministros.