Venezuela parece estar en una crisis congelada, detenida. La gran mayoría quiere, sin duda, un cambio (y un cambio en general, no sólo político). Pasa el tiempo y esto no termina de cristalizar, y la vida sigue. El periodismo también sigue.
Quienes detentan el poder se las han arreglado para seguir allí, y esto ocurre pese a que tienen en contra a la mayoría de la población, a que la comunidad internacional les es adversa y a que vivimos una profunda y prolongada crisis económica, que engendró el propio chavismo. De esta manera definimos lo que hemos llamado “este tiempo” en el título de este artículo.
Además de un pueblo venezolano empobrecido, hambreado y maniatado por la dinámica del poder, en el país tenemos varias oposiciones, unas más fortalecidas que otras, algunas enfocadas en dinamitar lo que otros proponen, otras sencillamente pescando en río revuelto. Todo ello forma parte de “este tiempo” en Venezuela.
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