En general se hacía una clara distinción. Rusia se ha dedicado a abarrotar las redes sociales y medios afines con diversas teorías sobre cualquier hecho, con el fin de crear confusión e incertidumbre en el público. China ha perfeccionado un modelo de control y censura. Esto último, sin embargo, parece estar en plena transformación en respuesta a la crisis global de COVID-19.
La Unión Europea, por ejemplo, en medio de la pandemia del coronavirus ha encendido las señales de alarma ante la desinformación que generan Rusia y China, aunque hasta ahora estos dos regímenes no actúan de forma sincronizada. Beijing también disemina versiones sobre la falta de respuesta de Occidente ante COVID-19, pone en entredicho a la política de diversas naciones y de paso exalta su “ayuda humanitaria”.
China promueve su «ayuda humanitaria»
El 8 de septiembre diversos medios de comunicación de Venezuela reseñaron el arribo de un séptimo envío de “ayuda humanitaria” de China. Este tipo de acción propagandística, con la cual el régimen chino intenta lavar su imagen ante el mundo, se ha repetido en diversos países.
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