Las últimas semanas han traído noticias positivas en materia de cooperación financiera internacional, gracias, en gran medida, a cambios en las posiciones de Estados Unidos bajo la administración Biden. Varias representan apoyos a los países en desarrollo.
La primera es el acuerdo para emitir 650.000 millones de dólares en derechos especiales de giro (DEG), el activo de reserva del FMI. Cerca de dos quintas partes beneficiarían a los países en desarrollo. Queda por acordar cómo canalizar los DEG no utilizados, en particular de los países desarrollados, a fondos especiales de financiamiento para los países de ingresos bajos, pero no hay acuerdo para usarlos también para apoyar a los países de renta media.
La segunda noticia favorable es el respaldo de Estados Unidos a una tasa de impuesto mínimo para las empresas a nivel mundial, en el contexto de las negociaciones en el Marco Inclusivo de la Ocde. Todavía es necesario acordar cuál sería esa la tasa y la base impositiva.
La tercera es la extensión de las iniciativas del Grupo de los 20 para suspender el pago del servicio de la deuda de los países de bajos ingresos y renegociarlas en casos críticos.
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