Varios años tardó la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en admitir las dimensiones de la crisis alimentaria en Venezuela. Ahora que ya el organismo multilateral ajustó su mirada, expertos le urgen desde el terreno a que tome acciones concretas para combatir el hambre que agobia a los venezolanos.
El director saliente de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, quedó en una posición incómoda ante la crisis venezolana, en primer término por otorgar en 2014 un reconocimiento a Nicolás Maduropor “progresos notables y excepcionales en la lucha contra el hambre”. Luego se produjo un inexplicable silencio en la agencia especializada de la ONU ante la crisis que se iba gestando en Venezuela bajo el chavismo.
A cuatro días de dejar el cargo, hecho que ocurrió este 31 de julio, Da Silva reconoció la envergadura de la crisis alimentaria en Venezuela, pero excusó de responsabilidad a Maduro y aseveró que “el bloqueo estadounidense” había generado hambre en el país sudamericano.
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