La política dual de derechos humanos de México

México necesita respetar, al interior de sus fronteras, las instituciones de derechos humanos que afirma defender en el extranjero

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  • Christopher Sabatini

    Dr. Christopher Sabatini, is a senior fellow for Latin America at Chatham House, and was formerly a lecturer in the School of International and Public Affairs (SIPA) at Columbia University. Chris is also on the advisory boards of Harvard University’s LASPAU, the Advisory Committee for Human Rights Watch's Americas Division, and of the Inter-American Foundation. He is also an HFX Fellow at the Halifax International Security Forum. He is a frequent contributor to policy journals and newspapers and appears in the media and on panels on issues related to Latin America and foreign policy. Chris has testified multiple times before the U.S. Senate and the U.S. House of Representatives. In 2015, Chris founded and directed a new research non-profit, Global Americas and edited its news and opinion website. From 2005 to 2014 Chris was senior director of policy at the Americas Society and Council of the Americas (AS/COA) and the founder and editor-in-chief of the hemispheric policy magazine Americas Quarterly (AQ). At the AS/COA, Dr. Sabatini chaired the organization’s rule of law and Cuba working groups. Prior to that, he was director for Latin America and the Caribbean at the National Endowment for Democracy, and a diplomacy fellow with the American Association for the Advancement of Science, working at the US Agency for International Development’s Center for Democracy and Governance. He provides regular interviews for major media outlets, and has a PhD in Government from the University of Virginia.

En un reciente estudio sobre los compromisos de política exterior de los países de Latinoamérica con respecto a la democracia y los derechos humanos, encontramos tres patrones de comportamiento distintos. Existen los “liberales”, como Chile y Costa Rica, que, ya sea en foros internacionales o regionales, han votado de forma consistente para denunciar violaciones de derechos humanos en países como Siria y Corea del Norte y además han cooperado voluntariamente con las organizaciones multilaterales de la región en relación con inquietudes en materia de derechos humanos en sus propios países. También tenemos a los que denominamos “díscolos”, como Venezuela y Cuba, que votaron con consistencia en contra de cualquier crítica a los derechos humanos en cualquier país, incluyendo en contra de Siria, Corea del Norte o Ucrania y que se abstuvieron de expresar sus preocupaciones con respecto a otros países junto con República Dominicana. Como era de esperarse, estos gobiernos despreciaron igualmente los instrumentos internacionales y regionales para proteger la libertad dentro de sus propias fronteras. Y por último, están los “facilitadores”, los que, como Brasil, pre eren darle prioridad a la no intervención y a menudo se abstienen en las votaciones importantes sobre Siria, Corea del Norte y Ucrania.

Sin embargo, entre estas tres categorías descubrimos una cuarta: los estados que de enden los derechos humanos en los foros internacionales pero que se muestran sensibles y susceptibles cuando se trata de los derechos humanos en sus propios países. ¿Cuáles son estas naciones? Argentina (bajo los Kirchner) y México.

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