Con la votación en contra del TPP de los diputados de izquierda, se consolida una regresión de ese sector hacia posiciones antiglobalización. Pese a que el acuerdo fue negociado por el gobierno de Michelle Bachelet y su firma, hace poco más de un año, fue un simbólico momento de rechazo a las posturas proteccionistas y antiglobalización del presidente estadounidense Donald Trump, los parlamentarios de izquierda abandonaron la que por 30 años había sido una de sus banderas más preciadas: la defensa de los acuerdos de libre comercio y de las iniciativas de globalización. Aunque tal vez algunos legisladores de izquierda solo buscaban propinar una derrota electoral al gobierno del Presidente Sebastián Piñera, muchos otros parecen convencidos de que la globalización tiene más consecuencias negativas que positivas.
Desde que Chile recuperó la democracia a comienzos de los 90, la clase política nacional parecía tener un gran trato en torno a los beneficios de los acuerdos de libre comercio y de las iniciativas a favor de la globalización. Ya que esto se produjo en un contexto en que el capitalismo se expandía hacia Europa del Este, en esa época la democracia y el capitalismo parecían ser, parafraseando al poeta cubano Pablo Milanés, de un pájaro, las dos alas. Los gobiernos de la Concertación, entusiasmados con las oportunidades que se abrían a un país que avanzaba decididamente hacia la consolidación democrática, se convirtieron en defensores acérrimos de los acuerdos de libre comercio.
Para leer más, visite El Líbero.