Lula 3.0: Retos para la gobernabilidad

Es innegable la voluntad de Lula de apaciguar el bolsonarismo y reconciliar el país para transformar la dura realidad social. Desafortunadamente, de momento, esta labor no estará libre de obstáculos.

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El presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva habla con la prensa el 10 de marzo de 2021. Fuente: Alexandre Schneider / Getty Images.

Tras unas elecciones muy reñidas, Luis Inácio “Lula” da Silva, llegará a la presidencia de Brasil por tercera vez, con el reto de frenar la agenda ultraderechista y antidemocrática de Jair Bolsonaro—derrotado el pasado octubre por 2,1 millones de votos. A diferencia de sus dos anteriores gobiernos (2003-2011), en esta ocasión se encontrará con una serie de importantes dificultades para implementar el tipo de políticas transformadoras que impulsó en el pasado. Los desafíos son múltiples. En primer lugar, encontrará una oposición más fuerte en el Congreso, una coordinación federal con los gobernadores compleja, así como también una sociedad más dividida y un bolsonarismo pronto para movilizarse en contra de las instituciones democráticas.  

Sin mayoría en el Congreso

Inmediatamente después de la primera vuelta electoral, tratando de imitar el pacto que llevó a la transición democrática de 1985, Lula buscó el apoyo de figuras públicas que entendieran la urgencia de terminar con el bolsonarismo y sus prácticas antidemocráticas. Sin embargo, a pesar de que logró atraer apoyos de diversos partidos políticos que le permitieron ganar en segunda vuelta; el Partido de los Trabajadores (PT) se enfrenta a una fuerte oposición en el Congreso Nacional. Los escaños de los partidos que apoyarán al nuevo gobierno son insuficientes para aprobar leyes.

 

 

 

 

 

 

Gráfico I. Distribución de congresistas electos por alianzas políticas

Fuente: O Globo, “Os Parlamentares Alheios à Polirazação”.

Para lograr una mayoría que le otorgue gobernabilidad, Lula tendrá que negociar con los pragmáticos partidos del centro político—los mismos partidos que han apoyado al gobierno de Bolsonaro en el pasado. Estos partidos probablemente darán apoyo al gobierno de Lula a cambio de beneficios políticos.

Fragmentación territorial

En la primera y segunda vuelta de las elecciones, Lula mantuvo una amplia ventaja en la región Noreste de Brasil—región que representa 27 por ciento del electorado brasileño. De hecho, esta región fue responsable por su victoria dado que Lula perdió por cantidad de votos en las otras cuatro regiones de Brasil. En la segunda vuelta, Lula recibió el 69 por ciento del total de votos en Noreste, frente al 30 por ciento de Bolsonaro.

Gráfico II. Porcentaje de votos por región en la segunda vuelta electoral

Fuente: Tribunal Superior Eleitoral (TSE).

Sin embargo, la elección de gobernadores de los 27 estados brasileños fue poco favorable para el PT que no logró elegir ningún gobernador fuera del Noreste. Solamente logró elegir apenas cuatro gobernadores en los estados de Bahía, Ceará, Piauí y Rio Grande do Norte. Como consecuencia, Lula encontrará partidos de oposición en un total de 14 estados—escenario que dificultará seriamente la coordinación federal del futuro gobierno.

Los clivajes sociales determinantes para la victoria de Lula

El respaldo que Lula obtuvo en las urnas desvela una sociedad brasileña muy dividida. Lula consiguió llegar a la presidencia de Brasil gracias a los votos de las mujeres, los pobres y los católicos.

Si bien aún no hay datos disponibles sobre el voto de los diferentes grupos sociales, las últimas encuestas de intención de voto nos permiten comprender como estuvo conformado el voto de cada candidato. Según los últimos sondeos disponibles de Datafolha, durante la campaña el presidente electo mantuvo un fuerte apoyo entre los más pobres. En este grupo de votantes que representa el 45 por ciento del electorado, Lula tuvo el apoyo del 61 por ciento. Otra gran novedad de estas elecciones ha sido la habilidad de Lula para captar el electorado femenino—el 53 por ciento del electorado. Finalmente, entre los evangélicos—el 27 por ciento del electorado—Bolsonaro acaparó el 62 por ciento de la intención de votos. Entre los católicos—el 52 por ciento del electorado—el 55 por ciento apoyaba a Lula, frente a una 39 por ciento que prefería a Bolsonaro.

Gráfico III. Porcentaje de intención de votos por grupo social en la segunda vuelta electoral

Fuente: Datafolha.

El bolsonarismo antidemocrático

Aunque finalmente las movilizaciones de los simpatizantes de Bolsonaro tras el resultado adverso de su candidato no representaron una amenaza a la democracia, el mensaje antidemocrático de los manifestantes es sumamente preocupante ya que estos no solo exigen la anulación de las elecciones, sino que también una intervención militar.

Bolsonaro reconoció el resultado electoral dos días después de las elecciones a través de un mensaje ambiguo que solo sirvió para alentar actos antidemocráticos. Durante la campaña electoral, Bolsonaro arremetió con frecuencia contra las instituciones democráticas para generar desconfianza pública sobre el resultado de las elecciones en caso de que él no fuera reelecto. Las protestas callejeras contra los resultados electorales es posiblemente el resultado de una estrategia similar a la implementada por Donald Trump.

La desmovilización del bolsonarismo antidemocrático es importante para garantizar la gobernabilidad los próximos años. Pero el gobierno Lula tiene un desafío más inmediato: encontrar fondos económicos necesarios para cumplir los gastos presupuestarios aprobados por Bolsonaro en este año electoral.

La agenda de Lula: lucha contra el hambre, medio ambiente y política exterior

La lucha contra hambre es urgente en un país en el cual 33 millones de brasileños sufren inseguridad alimentaria. Durante sus anteriores administraciones, Lula combatió la pobreza y el hambre, con el exitoso programa de transferencia monetarias, conocido como  Bolsa Família, que sacó de la pobreza a aproximadamente 40 millones de brasileños. Hay una gran expectativa de que Lula vuelva a innovar en su política social para combatir el hambre y la pobreza.

Con respecto al medio ambiente, Lula tiene un compromiso con la preservación ambiental. Una de sus promesas es crear un ministerio exclusivo para velar por los derechos de los pueblos indígenas. También, prometió reactivar los mecanismos institucionales y aplicar las leyes existentes para combatir la destrucción del medio ambiente. Actualmente, Brasil tiene una de sus tasas de deforestación más altas en décadas y un aumento considerable de conflictos de tierras que culminaron en un número récord ambientalistas e indígenas asesinados.

La política exterior brasileña, también sufrirá un cambio radical, Lula buscará recuperar el protagonismo que Brasil ha tenido en el pasado, participando activamente en debates de interés global. Específicamente, Lula aproximará Brasil de sus vecinos latinoamericanos, aumentará el peso de la participación brasileña en la reforma de organismos internacionales, estrechará la relación del país en el grupo BRICS, y creará mecanismos de cooperación entre Brasil y países africanos.

Dificultades en el horizonte

Las principales políticas de la nueva agenda de Lula—disminución de la inseguridad alimentar, protección medioambiental y aumento do protagonismo internacional de Brasil—seguramente serán implementadas sin grandes problemas, pese al esfuerzo presupuestario que supone aumentar y expandir los beneficios sociales.

Quizás la mayor dificultad de Lula será la reconciliación política en un país donde algunos votantes de Bolsonaro siguen en la calle demandando la intervención militar y la anulación de las elecciones sin ninguna justificación. Tras los últimos cuatro años de retrocesos sociales, económicos y democráticos, los problemas de los brasileños deberían imponerse sobre las agendas ideológicas. La política debe brindar soluciones a los problemas de la vida cotidiana de la mayoría de los brasileños. Es innegable la voluntad de Lula de apaciguar el bolsonarismo y reconciliar el país para transformar la dura realidad social. Desafortunadamente, de momento, esta labor no estará libre de obstáculos.

Dr. Helder Ferreira do Vale es profesor visitante en el Programa de Posgrado en Relaciones Internacionales (PPRI) de la Universidad Federal de Bahía (UFBA). Helder fue profesor asociado en la Universidad de Liverpool en China (2021-2022) y en la Universidad de Hankuk en Corea del Sur (2014-2021). Helder concluyó su doctorado en el Instituto Universitario Europeo en Italia, su maestría en relaciones internacionales en la Universidad Johns Hopkins en EE. UU. y su licenciatura en ciencias políticas en la Universidad Richmond en Inglaterra. A lo largo de su carrera Helder ocupó distintas posiciones en el Banco Mundial (Washington DC, EE.UU.), Naciones Unidas (Luanda, Angola) y en el Ministerio de la Presidencia de España (Madrid).

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