Hablar de crisis en Venezuela es necesario. Todos los ámbitos de la vida social están en crisis o al borde del colapso. Además tenemos una suerte de crisis macro, ya que envuelve a toda la sociedad, en la que -cual capítulos- una crisis sectorial se va colocando encima de la otra.
En muchas regiones del país están con problemas del gas doméstico desde 2018. La escasez ha tenido picos. Tras la ola de apagones nacionales, en gran parte de Venezuela hay un racionamiento eléctrico de facto, sin cronograma público pero a diario y de varias horas. La crisis eléctrica dejó al desnudo la fragilidad del servicio de agua potable en las grandes ciudades, y este sector desde entonces tampoco se ha recuperado.
El más reciente capítulo es la escasez de gasolina. Este, en particular, entraña una cruel paradoja. Las personas que hacen gigantescas colas, incluso de varios días, para poder surtir combustible, están varados literalmente sobre el territorio que tiene las mayores reservas petroleras del mundo.
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