El discurso de Trump y la visita de Tillerson a América Latina

Uruguay debería mostrarse más activo en términos de relacionamiento comercial con EEUU.

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Mientras en Estados Unidos aún siguen resonando los comentarios sobre el primer discurso de Donald Trump sobre el estado de la Unión, esta semana América Latina tendrá, por segunda vez, la visita de un funcionario de alto nivel del gobierno norteamericano. El pasado mes de agosto viajó a la región el vicepresidente Mike Pence. En aquella oportunidad visitó Panamá, Colombia, Argentina y Chile. Esta semana será el turno del secretario de Estado, Rex Tillerson, quien repetirá la vista a dos países en los que estuvo Pence en agosto (Argentina y Colombia) e incluirá tres nuevos destinos: México, Perú y Jamaica.
Esta visita no resulta un dato menor si tenemos en cuenta el reciente discurso de Trump ante el poder legislativo en el que la agenda estuvo concentrada en la economía y política doméstica. Hizo énfasis en su ya conocido slogan de “poner a América (Estados Unidos) primero”. Las pocas veces que se refirió a la política internacional durante los 88 minutos de discurso fue más bien de forma desafiante y poniendo el condicionante de que ésta “sirva siempre a los intereses de América”, algo que va en la dirección opuesta a la visión de diálogo que tenia Barack Obama.
Era un discurso que se miraba con mucha expectativa en EEUU ante posibles anuncios que podrían llegar a hacerse. Lo cierto es que fue más descriptivo de lo que Trump llamó como el “nuevo momento americano”. Más allá de que en muchos puntos su tono fue del mismo nivel que el de su campaña política –confrontativo y con intenciones refundacionales– se notó que parte de su objetivo fue mostrarse algo más unificador. A los pocos minutos de empezar hizo un llamado a que “todos puedan aparcar las diferencias, para buscar un terreno común y pedir la unidad que necesitamos para responder a la gente, esta es la gente por la que fuimos elegidos para servir. […] En América sabemos que la fe y la familia, no el gobierno y la burocracia, están en el centro de la vida americana. Nuestro lema es en Dios creemos”.
Pocos minutos le dedicó a la política internacional. Al hacerlo, subrayó que renegociará acuerdos comerciales que sean beneficiosos para EEUU sin dar mayores detalles sobre cuáles. Si bien sabemos que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ya está en fase de renegociación, Trump no hizo ninguna critica concreta sobre el mismo. Lo que sí resaltó es que su país “ha pasado la página en décadas de acuerdos comerciales injustos que sacrificaron nuestra prosperidad, nuestras empresas, nuestros trabajos y la riqueza de nuestra nación”.
Para leer más, visite El Observador.

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