José Antonio Kast al gabinete

Los puristas nunca son buenos gobernantes. Pueden tener un club de fieles y leales seguidores, pero son incapaces de construir mayorías sólidas y consensos amplios que permitan que el país avance en la hoja de ruta que los inspira.

Author

La mejor forma de entender la relevancia política de José Antonio Kast, el candidato presidencial permanente de la derecha más dura, es imaginándolo como miembro del gabinete de Sebastián Piñera. Porque es fácil predicar desde la plataforma del purismo, Kast aparece como un ruido molesto para un gobierno que, siendo minoría en el Congreso, debe sentarse a negociar con la oposición. Si el Presidente se animara a invitarlo al gabinete —y Kast aspirara de verdad a ser presidente, pasando de la crítica desde la gradería a producir resultados donde queman las papas— quedaría en evidencia que el camino por el que ha optado Chile Vamos, el de construir poder político desde el ejercicio del poder, es la única vía posible para avanzar por la hoja de ruta del modelo de libre mercado.

La molestia que generan en el oficialismo las críticas que Kast realiza ocasionalmente hace creer que, más que la obstructiva oposición, es él el principal dolor de cabeza del oficialismo. En cierto modo, Kast es a la derecha lo que el movimiento estudiantil fue a la izquierda en 2011. Al criticar sin asumir ninguna responsabilidad, el movimiento que devino en el Frente Amplio se dedicó a renegar de los incuestionables logros que consiguió la Concertación en sus 20 años de gobierno. Como alternativa, el Frente Amplio construyó una plataforma de consignas y castillos en el aire que no han funcionado en ninguna parte y que, de funcionar, implicarían un costo fiscal imposible de solventar, aún subiéndole los impuestos a los qué más tienen.

Por su parte, Kast también le predica al coro de puristas que se niega a aceptar que la mayoría de los chilenos tiene posiciones más moderadas y pragmáticas que las que ellos defienden. Sin entender que un 7,9% de los votos en una primera vuelta en la que el gran favorito era un candidato de derecha moderada, solo les habla a los fieles de la gradería.

Para leer mas, visite El Líbero. 

More Commentary

Scroll to Top