Un derrumbe que aún no tiene garantías de haber terminado

Por algunos años, en tanto Venezuela se hundía, Brasil dejó de ser un mercado emergente para transformarse en potencia mundial. Fue un espejismo.

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Venezuela destruyó su compañía nacional de petróleo en 2002, después de un lockout salvaje que culminó en el despido y la emigración de la mayoría de sus técnicos.

A Brasil le llevó más tiempo, pero Petrobras pasó de ser la empresa más grande de América latina, en 2009, a perder el 85% de su valor en 2016. La diferencia es que el mundo nunca depositó grandes expectativas en Hugo Chávez, mientras que Luiz Inacio Lula da Silva, presidente en dos períodos (2003-2010), se transformó en el líder más admirado del planeta.

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