Catalá y el fuego de la memoria

La obsesión de Catalá era dejar constancia por escrito de lo sufrido por los venezolanos por la represión dictatorial en la era de Marcos Pérez Jiménez.

Author

Salí a conocer a José Agustín Catalá (1915-2011) por una de esas frases imperativas de Milagros Socorro: ¡Tienes que conocer a Catalá! Aquello debió ser por 2004-2005 cuando en medio del fragor de la conflictividad de entonces, buscaba yo explicaciones históricas sobre el país en el que había nacido.

Sin mayor protocolo me presenté en su oficina, en la subida de Maripérez, en Caracas. Decir que iba de parte de Milagros fue mi carta de presentación. Pensaba el viejo Catalá que mi interés eran los libros, únicamente. De inmediato dio una orden para que me recopilaran varios volúmenes que tenía a la mano.

En realidad vine a conocerlo a usted. Le dije llanamente, sin ambages. Aquello permitió un giro para que me instalara con él, un par de horas, sencillamente a conversar. Y no era Catalá quien asumía el rol de entrevistado, esperando que yo disparaba preguntas, él me hacía preguntas cada tanto sobre mis pareceres sobre esto o aquello, o indagaba si conocía a una determinada persona.

Para leer mas, visite Efecto Cocuyo

More Commentary

Scroll to Top