¿Por qué no hacen un bingo?

Es cuestión de tiempo para que Varela deje su cargo. Mientras antes ocurra, más pronto habrá una posibilidad de que la agenda educacional empiece a avanzar.

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La nueva polémica frase del Ministro de Educación Gerardo Varela constituye razón suficiente para que el Presidente Piñera decida remplazarlo, pero también desnuda una lectura equivocada, compartida por parte de la derecha, sobre la responsabilidad del Estado para con sus ciudadanos y contribuyentes. Porque la gente tiene todo el derecho a demandar escuelas dignas, con infraestructura apropiada, el encargado de la educación pública no puede sugerir hacer bingos cuando se le exige al Estado que cumpla con su obligación.

Los polémicos dichos de Varela (“¿Por qué desde Santiago tengo que ir a arreglar el techo de un gimnasio? Son los riesgos del asistencialismo, la gente no se hace cargo de sus problemas, sino que quiere que el resto lo haga”) se suman a una serie de desafortunadas apariciones públicas. Con poco más de cuatro meses en el cargo, ha hablado de la sexualidad de sus hijos, ha provocado innecesariamente a estudiantes y se ha echado halagos sin entender que eso sólo debilita más su posición. Pero con esta última declaración, el ministro parece ni siquiera entender que él es el responsable de la educación pública en el país. Cuando un techo de un gimnasio se gotea, una sala de clases tiene el piso malo o no funciona un baño de una escuela pública, el Estado está incumpliendo su obligación de dar una educación digna y de calidad. El sostenedor de la escuela puede ser el municipio y en ese sentido es posible que, formalmente, el Ministerio no tenga responsabilidad. Pero cuando un niño asiste a una escuela con carencias de infraestructura, la responsabilidad final es del Estado y el Ministro de Educación es la autoridad que debe poner la cara.

Aquí no se trata de si uno está a favor o contra el lucro o si apoya el copago en la educación. Hay legítimas diferencias ideológicas sobre qué sistema educacional debiera tener Chile. Pero no hay justificación alguna para que el ministro del ramo desconozca la responsabilidad del Estado en proveer una infraestructura adecuada para que los chilenos de menos recursos puedan tener la posibilidad de acceder a una educación de calidad.

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