Guaidó, seis meses después

La política está hecha de símbolos, de fechas, de hitos. A veces olvidamos que más que cualquier otra cosa, la política es una promesa, una esperanza.

Author

La política está hecha de símbolos, de fechas, de hitos. A veces olvidamos que más que cualquier otra cosa, la política es una promesa, una esperanza. Y hay momentos decisivos. Reales puntos de inflexión, que si bien no rompen con el orden de las cosas, marcan un antes y un después en el discurrir de la política.

Hace exactamente seis meses, el 23 de enero de este año, un hasta ese momento poco conocido diputado se plantó ante una multitud y tuvo el arrojo de declararse presidente interino de Venezuela. Juan Guaidó, de 35 años, y quien por azares había pasado a ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional (Parlamento) 18 días antes, denunció la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro.

Medio año después podría pensarse que pocas cosas cambiaron. Maduro efectivamente sigue controlando tres cosas fundamentales: los resortes de la institucionalidad cooptada por el chavismo, el alto mando militar y el manejo de la hacienda pública. Pero en realidad todo ha cambiado.

Guaidó es hoy para la gran mayoría de Occidente, con contadas excepciones como es el caso de México, el jefe de Estado interino que debe reconducir a Venezuela hacia la democracia. Grecia se sumó hace poco a las casi 5 docenas de países, de Europa y América, que consideran a Maduro un usurpador y reconocen como único poder legítimo a la Asamblea Nacional que encabeza el joven diputado.

Para leer mas, visite ContraRépublica

More Commentary

Scroll to Top